lunes, 30 de marzo de 2009

El ciclo del buen dormir


El Ciclo del Buen Dormir


Este es el primer artículo a publicar, como bien dice el titulo, me referiré al ciclo del sueño y explicarlo muy generalmente y de la forma más clara posible, se debe decir antes de comenzar que el fin de este blog no es académico, sino más bien llevar algunos conceptos y herramientas a las personas para que sean una utilidad.

Las personas de acuerdo a nuestra grupo etario necesitamos una determinada cantidad de horas para conciliar un sueño reparador, por ejemplo un recién nacido necesita unas 16 horas de sueño, en fases de 3 horas distribuidas durante el día y la noche, ya a los tres meses el promedio requerido es de 15 horas con fases de siete horas y con más vigilia durante el día. Ya hacia el año son 13 horas promedio las necesarias. Entre los 3 y 5 años son 12 horas y 30 minutos en el día, 9 horas y media ya para cuando el niño tiene entre 6 y 12 años. De las 12 a los 15 años, una hora menos. Ya cuando se es adulto y hasta la tercera edad el promedio es de 8 horas. Durante la tercera edad el sueño nocturno sufre una reducción así como el sueño profundo y esto debido a los cambios normales que se relacionan con el envejecimiento los que comúnmente enmascaran desórdenes del sueño, los que se hacen más frecuentes a medida que las personas envejecen. Enfermedades físicas y mentales, en particular las afecciones acompañadas de dolor crónico o la depresión, van de la mano con las alteraciones del sueño, incluso los medicamentos que puedan estar consumiendo, en este caso la solución pasaría tan solo con consultarle a su médico.

El sueño permite desconectarnos del mundo externo, permite que la actividad muscular disminuya por lo tanto, que nuestro cuerpo pueda descansar y reponerse para las actividades del próximo día. Pero a pesar de que nuestro cuerpo queda en estado de reposo, nuestro cerebro no cesa de trabajar. El soñar para el cerebro cumple una vital función con implicancias para el desarrollo de la persona, en estado de sueño el cerebro procesa e incorpora todos aquellos estímulos que vivenció durante el día, es decir incorpora aprendizaje, conocimientos acerca del diario vivir, la persona tiene más conocimiento para lidiar de mejor forma con nuestra rutina diaria o con las dificultades que enfrentamos, podemos lidiar de mejor forma con la vida. La persona no es la misma después de tener un sueño reparador, aunque este cambio es tan sutil que no le percibimos, puede ser que un día tengamos un problema que nos puede parecer muy grave y al otro día no nos parece tan grave como lo veíamos.

Un adulto promedio duerme aproximadamente ocho horas como ya había descrito, durante este sueño existen ciclos que duran entre 90 y 110 minutos, es decir un promedio de 5 ciclos aproximadamente, cada uno de estos ciclos se divide en 5 fases, de 1 – 4 mas la fase o etapa REM(rapid eye moviment) o MOR(movimiento ocular rápido).

Cada una de las etapas del sueño es definida según la actividad muscular y principalmente las ondas cerebrales, estas últimas se refieren a la actividad eléctrica producida por el cerebro. Antes de continuar me detendré brevemente en esto para que quede aun más claro. Existen cuatro tipos de ondas cerebrales, estas son:

Ondas Beta: son aquellas que se registran cuando la persona se encuentra despierta y en plena actividad mental. Los sentidos se hallan volcados hacia el exterior, de manera que la irritación, inquietud y temores repentinos pueden acompañar este estado.

Ondas Alfas; estas están asociadas con estados de relajación. Se registran especialmente momentos antes de dormirse, se caracteriza por relajación agradable, pensamientos tranquilos y despreocupados, optimismo y un sentimiento de integración de cuerpo y mente.

Ondas Theta o Zeta son aquellas que se producen durante el sueño, mientras actúan las formaciones del subconsciente. Las características de este estado son: memoria plástica, mayor capacidad de aprendizaje, fantasía, imaginación e inspiración creativa. De aquí que se asocia el dormir profundamente con la letra Zeta.

Ondas Deltas son aquellas que surgen principalmente en el sueño profundo y muy raras veces se pueden experimentar estando despierto. Sus estados psíquicos correspondientes son el dormir sin sueños, el trance y la hipnosis profunda. Las ondas delta resultan de gran importancia en los procesos curativos y en el fortalecimiento del sistema inmunitario.

Continuamos entonces con las etapas del ciclo, como describía son cuarto etapas, la etapa 1 es aquella del sueño liviano, se está entrando al descanso, el movimiento de los ojos es lento así también la actividad muscular, se experimentan contracciones musculares repentinas, sensaciones de estar cayendo, esta fase no es reparadora, es aquella es que si te despiertas contestarías “si no estoy durmiendo”. En esta etapa se combinan las ondas alfa y theta.

Durante la etapa 2 las ondas cerebrales se enlentecen y el movimiento ocular es nulo, ocasionalmente pueden producirse ondas cerebrales rápidas, nos desconectamos del mundo externo ya que nuestro sistema nervioso bloquea las vías de acceso de la información, esta etapa del ciclo del sueño es medianamente reparador y su actividad cerebral es theta.


Durante la etapa 3 las ondas cerebrales son más lentas, estas son ondas delta y se intercalan con ondas theta, hay mayor profundidad del sueño, si nos despiertan en esta etapa, despertaríamos desorientados y confundidos. El tono muscular es aun más reducido. La persona puede descansar.

La etapa 4 es la de mayor profundidad del sueño, la actividad cerebral es más lenta, es de tipo delta, es esencial para la restauración física y sobretodo psíquica del organismo. En esta etapa, el tono muscular está muy reducido. La etapa 4 es en la que se manifiestan alteraciones tan conocidas como el sonambulismo o los terrores nocturnos.

Por último la etapa REM o MOR, es la etapa en la cual se registran los sueños, aunque en la etapa 4 se pueden registrar sueños, estos como imágenes, acá sí se registran sueños de formas de historias, según el cálculo que realizamos anteriormente, un adulto promedio debería registrar entre 4 y 5 sueños. En esta etapa la respiración es más rápida, la actividad eléctrica cerebral de esta fase es rápida, mayoritariamente theta con ráfagas de actividad beta. El tono muscular es nulo, atonía muscular o parálisis, lo que impide que representemos aquello que soñamos. Las alteraciones más típicas de esta fase son las pesadillas, el sueño MOR sin atonía y la parálisis de sueño.

Muy bien, espero que sea de vuestro agrado este artículo, y tengan un feliz sueño





por Benjamin Román

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